
“Las mujeres - señala Irene Meler, coordinadora de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires- proveen un insumo no cuantificado pero indispensable para que las sociedades humanas funcionen: los cuidados. En la actualidad esa función debe ser compatible con su inserción en los trabajos remunerados del mercado que funcionan con otra lógica. En el ámbito laboral es necesario cumplir con objetivos y respetar horarios, mientras que cuando una persona requiere ser cuidada esa demanda no reconoce límites de tiempo. Este dilema contemporáneo se sortea y, al mismo tiempo, se evade merced a los malabarismos para los que las mujeres han desarrollado mucha habilidad por su doble rol doméstico y público”.
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