19 de abril de 2013

Hogar, ¿dulce hogar?

 El hogar es una escuela de vida, es ese lugar común donde nos sentimos a gusto, a donde queremos volver aunque estemos en el mejor hotel de cinco estrellas, y en donde cada uno tiene su espacio y se siente amado y seguro. 

Un hogar se construye poco a poco, pero el peligro que corremos es abandonarlo al vaivén de la improvisación, debido a que las largas jornadas laborales hacen cada día más difícil dedicar tiempo suficiente al cuidado del corazón del hogar. Una apuesta clara por la familia supone renuncias y elecciones, y cada familia debe saber cuál es su camino. 

En el artículo de la revista Misión se recoge la historia de personas que no dudaron en dar un giro radical a sus vidas para salvaguardar el tesoro más preciado: su familia.



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