19 de febrero de 2016

Hacerse la cama repercute seriamente en su salud

Parafraseando a Clint Eastwood en 'El bueno, el feo y el malo', el mundo se divide en dos categorías: los que hacen la cama y los que no. Una elección personal, a priori insignificante, pero que nos puede llegar a afectar tanto física como psicológicamente.

Dormir sobre una superficie con arrugas, que surgen cuando nuestro lugar de descanso no está lo suficientemente adecentado, genera puntos de presión en diferentes partes de la espalda que pueden desembocar en contracturas. "Cervicalgia, tortícolis... incluso puedes llegar a levantarte mareado o sentir que no has dormido lo suficiente", detalla José Santos, secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.

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